¿Qué ha cambiado desde que empezó en el cine español de los años 90? “El modo de hacer cine era diferente. Las películas podían durar un año en las salas; ahora, un mes y medio. Es un momento diferente, delicado, de falta de atención porque tenemos muchas opciones. Lo que más recuerdo es la paciencia”.
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El actor ha recordado que comenzó su carrera siendo “un trozo de carne” en los castings y que sus primeros papeles estaban asociados a su rotundo físico. ¿Qué es para él la masculinidad? “No puedo definirla, pero defiendo que la buena masculinidad es la que tiene la mitad de mujer. Cuando veo a un hombre expresar una emoción, sensible, veo un hombre fuerte. Es algo que he tenido que aprender, porque crecí en una sociedad muy patriarcal. Y todavía seguimos aprendiendo de nuestros errores, conscientes e inconscientes, como hombres”.
¿Cuál ha sido la principal lección de crecer en una familia de artistas? “El respeto que hay que tener. Por todo el equipo, actores y técnicos. No eres menos ni más que nadie. Eso me lo enseño mi madre. Y ganarte lo que haces, porque hay mucha gente con talento que también lo merece».
Tras acumular todos los premios de interpretación que existen, ¿se considera el actor ‘marca España? “No me represento más que a mí mismo. Estoy orgulloso de ser español. Todo para mí empezó en España: mi lengua, mi cultura y todos los actores que he admirado durante años. Llevar esa responsabilidad es un orgullo».