6. Presta atención a las perchas
Las perchas de alambre pueden estropear la ropa, en particular, distorsionar la línea de los hombros. Lo mejor es elegir perchas de madera o con revestimiento textil. Las primeras son estupendas para prendas pesadas de otoño e invierno, como chaquetas, y las segundas para tejidos delicados como el terciopelo o el satén.
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7. Sustituye la plancha por una vaporeta
La vaporización es mucho menos traumática para la ropa que el planchado, y las vaporeras son excelentes para eliminar las arrugas incluso en los tejidos más finos y caprichosos, así como en prendas con volantes, encajes y otros adornos. Los modelos más potentes son capaces de alisar prendas complejas con forro, como chaquetas, impermeables o abrigos.
Sin embargo, con tejidos muy tupidos, como la tela vaquera o el lino, es poco probable que el aparato funcione a la perfección: tendrá que volver a la plancha.
8. Manchas puntuales
¿Recuerdas que es mejor lavar los vaqueros lo menos posible? Merece la pena seguir este principio a la hora de cuidar el resto de tu vestuario. Si manchas una sudadera, no la envíes a la lavadora, sino límpiala a mano. El resultado será el mismo, pero la ropa evitará otro ciclo de lavado y conservará así un aspecto decente durante más tiempo.
9. Usa lavanda
Pon unas ramitas de lavanda fresca o bolsitas de flores secas de lavanda en tu armario. Esto no sólo dará a tus cosas un olor agradable, sino que también las protegerá de las polillas. Si decide utilizar lavanda fresca, no olvide comprobar periódicamente que no se desmorone o se convierta en basura al secarse.
10. Guarda bien tu ropa
Los abrigos de piel y los de piel de oveja deben guardarse en fundas voluminosas de material no tejido transpirable. No dejarán entrar la humedad, el polvo ni los insectos.
Los vaqueros deben doblarse cuidadosamente a lo largo de las costuras, alisando las arrugas, y guardarse en una estantería en lugar de en una percha. Así no tendrás que plancharlos antes de ponértelos. Las prendas de punto también deben guardarse en el armario dobladas o retorcidas, para que no se estiren y no se deformen.
Para los vestidos, camisas, blusas y otras cosas de tejidos ligeros, debes utilizar perchas blandas con un revestimiento textil aterciopelado. Así se evita que la ropa resbale y se arrugue.