Empieza ahora si quieres hacer realidad tus sueños y triunfar.
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Cuál es la especialidad de una vida urgente
Casi todos los días tenemos momentos en los que vislumbramos de lo que somos capaces, un destello de lo que estamos destinados a ser o un indicio de lo que queremos ser.
Puede ser una repentina ráfaga de inspiración para el libro que siempre hemos soñado escribir. O el impulso de perder peso. O un sentimiento de profunda insatisfacción con un trabajo y el impulso de crear algo propio.
Todos estos deseos son importantes y llaman constantemente a nuestra puerta. Pero antes de que podamos abrir la puerta, interviene la urgencia cotidiana. Suena el teléfono. El coche se queda sin gasolina. Llega el jefe con una nueva tarea y un plazo ajustado. Y aparcamos nuestros sueños un día más para apagar otro «incendio».
¿Cómo superarlo? ¿Cómo empezamos a vivir la vida que nos importa, en lugar de pasar cada minuto respondiendo a las emergencias?
Piensa en esto: durante los próximos 10 años, vas a estar haciendo algo. Y la mayor parte del tiempo, ese «algo» será resolver problemas urgentes en lugar de trabajar en cosas importantes.
La necesidad urgente de ganar dinero pesará más que el deseo importante de crear un proyecto del que te sientas orgulloso. La necesidad urgente de perder 5 kg en un mes ganará al importante objetivo de convertirte en una persona que no se salta los entrenamientos. La necesidad urgente de que te aprecien y se fijen en ti será más fuerte que la importante capacidad de encontrar la plenitud en el momento.
No cabe duda de que todos necesitamos dinero. Y sí, hay momentos en los que tenemos que aparcar cosas importantes para hacer frente al caos urgente. Las responsabilidades forman parte de la vida. Pero, ¿durante cuánto tiempo piensas sacrificar sueños que son valiosos para ti por nuevos «incendios»? ¿Cuánto tiempo vas a posponer lo que eres capaz de hacer en aras de mantener lo que estás haciendo ahora? ¿Un año? ¿Cinco años? ¿El resto de tu vida?
Cómo empezar a vivir una vida significativa
En primer lugar, elige una dirección clara. Cuando tengas el valor de decir: «Esto es importante para mí y voy a perseguirlo», seguro que no organizarás tu vida en función de las expectativas de los demás.
Por ejemplo, me doy cuenta de que mi objetivo es terminar este artículo, y eso me da una cierta dirección en la que avanzar. En cuanto tengo algo de tiempo libre, escribo otra propuesta. En cuanto tengo una nueva idea, analizo cómo plasmarla en este artículo. Mi vida se organiza en torno a la consecución de un objetivo específico importante.
Todos tenemos tareas diarias urgentes: una llamada de teléfono que hay que contestar; un correo electrónico que hay que enviar; un amigo enfermo que necesita ayuda. Pero tener un objetivo claro y específico nos permite volver a las cosas importantes después de haber resuelto las urgencias. Y evita que nos ahoguemos en el abismo de las pequeñas tareas que nos comen el tiempo.