Te ayudará a superar un periodo difícil y a no derrumbarte.
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Qué es un plan de autocuidado y por qué necesitas uno
Es una hoja de ruta que te ayudará a sobrellevar el estrés, a no desesperarte y a no perder el control cuando surjan problemas. El plan debe ser creado por ti y adaptado a ti, teniendo en cuenta tus necesidades específicas.
¿Para qué sirve?
– Para entenderte mejor a ti mismo y tus necesidades. El proceso de crear una estrategia y luego ponerla en práctica te ayudará a conocerte y a analizar lo que quieres y lo que te hace sentir mejor.
– No confundirse en una situación difícil. Todo el mundo pasa por momentos difíciles: cansancio, rupturas sentimentales, agotamiento laboral, desgaste emocional. En esos momentos, no entiendes cómo hacer frente a este caos y no perder la presencia de ánimo. Pero si ya tienes un plan paso a paso preparado, será más fácil tomar el control de la situación.
– Cuidarte regularmente. Y aprender a mantenerte por ti mismo. Al fin y al cabo, si lo haces a diario y conoces bien tus necesidades, será más fácil mantener la calma y la serenidad en momentos de crisis. Como dice el refrán: «Me tengo a mí, y saldremos de ésta».
Cómo elaborar un plan de autocuidado
Paso 1: Piensa en lo que te ha ayudado en el pasado
Analiza tus experiencias pasadas. Piensa en qué actividades te ayudaron a sentirte un poco mejor. Pueden ser prácticas de respiración, hacer ejercicio, dormir, ver tu película favorita o hablar con tus seres queridos.
Haz tu propia lista. Procura no incluir cosas que puedan dañar tu cuerpo y tu psique: fumar, beber alcohol, comer en exceso, etc.
Paso 2: Piensa en qué más podría serte útil
Quizá te hayas topado con algún consejo interesante, como la respiración en caja, que ayuda en una situación de estrés. O cómo hacer un maratón de sueño de tres días y volver a la vida después de una semana dura. O puede que alguien cercano te haya contado que se salvó literalmente gracias a una clase de yoga o un masaje. Piensa en todas las ideas que podrían añadir paz y alegría a tu vida. Haz una lista con ellas.
Paso 3: Divide tu vida en áreas
Elige las que sean importantes para ti, de modo que puedas escribir una estrategia separada para cada una de ellas. Por ejemplo:
– Trabajo.
– Relaciones con la gente.
– Cuerpo y actividad física.
– Estabilidad emocional.