Dicho esto, tenemos que darnos cuenta de que un objetivo es diferente de un deseo. Perder peso es un deseo, hacer 100 flexiones al día es un objetivo. Abrir un negocio es un deseo, encontrar tres clientes solventes en un mes es un objetivo. Escribir un libro es un deseo, terminar el primer capítulo antes de que acabe la semana es un objetivo.
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Nada por lo que merezca la pena trabajar es urgente. Esa es la naturaleza de los objetivos importantes. No exigen atención ahora mismo. Requieren una dirección clara, compromiso y un esfuerzo constante a lo largo del tiempo.
Te sugiero que no dejes escapar más oportunidades de éxito. Abandonemos la frenética carrera hacia la mediocridad e iniciemos la lenta marcha hacia la grandeza. Elige un deseo importante, fija un objetivo concreto y ponte en marcha.
Nunca dejes tus sueños sin realizar.